Supongo que como muchos de los que escriben aquí, yo también llevaba bastante tiempo pensando en hacer un curso de guión aunque nunca encontraba el momento apropiado, hasta que por fin me apunté esta Semana Santa. Ahora, cuando hace apenas una semana que volví de Benicássim, solo puedo decir que ha sido la mejor de las decisiones. Primero por el curso, pero también por su ubicación puesto que embarcarse en esta historia trasladándote por unos días a un apartamento fabuloso encima del mar es lo máximo, sobre todo cuando las clases son por las mañanas y las tardes son libres para leer, ver películas, escribir o dar largos paseos por esa playa infinita que está justo debajo de casa.
Ramón Aguyé es, sin exageraciones, un excelente profesor que tiene un método propio súper dinámico con el que alcanza resultados increíbles. Siempre disponible para escucharte (con atención sincera y no forzada), para resolver dudas y para aconsejarte en tus dilemas de guionista incipiente desde su gran experiencia en el sector. No es de los que se anda por las ramas quedándose en lo etéreo de la teoría que puedes encontrar en cualquier libro. Ramón prefiere remangarse y aterrizar en la realidad con el paracaídas que solo puede tener un verdadero y exitoso profesional que ha escrito muchos y muy variados guiones a lo largo de su vida. En mi caso todavía estoy sorprendida por cómo ha conseguido interesarme e ilusionarme un día tras otro hasta el punto de que quisiera que el curso no se acabase nunca. Además, Ramón es una persona afable y divertida, con una imaginación explosiva que funciona como elemento de cohesión de todo el grupo, y como es un pozo sin fondo de historias y anécdotas fabulosas, es realmente difícil no congeniar con él. Este curso marca un antes y un después en mi vida y me consta que, sin excepción, todos mis compañeros dirían exactamente lo mismo que yo.
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